Historia del Factor de Transferencia
A fines de la década del 40, el Dr. H. Sherwood Lawrence, mientras estudiaba la tuberculosis, determinó que un extracto de leucocitos (glóbulos blancos) tomado de un individuo que se había recuperado de esta enfermedad podía transferir la respuesta inmunitaria de la tuberculosis a individuos no inmunizados. Posteriormente dializó los extractos leucocitarios y observó que éstos mantenían su actividad biológica. Hoy en día sabemos que esta preparación es un conjunto de moléculas llamadas «extractos dializables leucocitarios».
En el año de 1954 el Dr.Lawrence a partir de sujetos con respuesta intradémica cutánea a los antígenos tuberculina y proteína M de estreptococo, realizó la transferencia de dicha respuesta con el extracto leucocitario que dializó contra agua inyectable y posteriormente liofilizó. A este extracto lo denominó Factor de Transferencia, el cual tuvo la capacidad de mantener en los individuos receptores un estado de hipersensibilidad a los antígenos mencionados, al menos durante 6 meses. en 1957 el mismo Dr. Lawrence demostró que el Factor de Transferencia se libera específicamente al ser incubado en la presencia del antígeno específico, estos experimentos los realizó con antígenos de tuberculina y de toxoide diftérico.
Desde 1970, Levin y colaboradores utilizaron el Factor de Transferencia por primera vez como un recurso inmunoterapéutico en un caso de Wiskott Aldrich, con buenos resultados clínicos y de laboratorio. En el mismo año en la Ciudad de México, en el departamento de Inmunología de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, el Dr. Sergio Estrada en conjunto con el M. en C. Juan Padierna Olivos y colaboradores iniciaron por primera vez la investigación sobre el Factor de Transferencia en los padecimientos que más afectaban a nuestra población, encontrando eficacia ante enfermedades como son los diferentes tipos de cáncer. Al paso de los años, el Factor de Transferencia demostró su efectividad sin importar la especie del donante y el receptor, pues es un componente esencial mente inmune.
En la actualidad el Factor de Transferencia es objeto de investigación, debido a su utilidad en las diferentes enfermedades en las que se ha estudiado. Además, se emplea exitosamente en las tres alteraciones principales del sistema inmune:
1. Autoinmunidad
2. Depresión inmunológica
3. Hipersensibilidad
Se ha demostrada también de manera científica, el fuerte impacto que tiene en el tratamiento de enfermedades autoinmunes tales como Psoriasis, Lupus, Diabetes, Artritis, Herpes Zoster, entre otras. Se ha empleado con resultados alentadores en pacientes con cáncer en distintas etapas.
El Factor de Transferencia es una herramienta terapéutica prometedora. Actualmente se ha utilizado exitosamente como compensador de los efectos secundarios causados por la quimioterapia y radioterapia.